La Cartelera

La siembra y procesamiento de las semillas han servido de sustento a tres generaciones que hasta la actualidad, se dedican al cultivo de este rubro. Miguel Ángel Silva es uno de los tres hermanos que se encuentra en el fundo “Los Silva”, estudió ingeniería mecánica, pero la tradición familiar y su gusto por la elaboración del café artesanal lo llevaron a dedicar su vida a la caficultura. “Yo nací entre los brotes de café (risas), mi abuelo fue quien comenzó con esto, él llegó a Venezuela como inmigrante desde Italia, antes del gobierno de Juan Vicente Gómez con 10.000 matas de café, dos caballos y una burra”, comenta en tono jocoso. Silva explica que existen tres tipos de café que se producen en el trópico: el Índigo, el Robusta y el Arábica, siendo la última variedad la de mayor calidad y de mejor valoración monetaria. El café que se cultiva en el fundo de los Silva se distingue de los demás por el método de siembra y producción, ya que todo el proceso es ecológico. Miguel Ángel detalla que la siembra y crecimiento del fruto es orgánico, ya que los cafeteros crecen bajo la sombra de los árboles, el abono proviene de las hojas secas que caen y las conchas del café procesado también se utilizan como fertilizante. 

Frutos de Caripe Wuilfrido García, ingeniero agrónomo quien se dedica al estudio del café y su siembra desde la década de los 80, afirma que “en Caripe los sacerdotes empezaron con el cultivo del café en 1919 y en 1925 el cacao, cuero y añil sustentaron el país, pero con el surgimiento del petróleo y las exploraciones, comenzó la decadencia de la agricultura, los hacendados fueron quedando sin trabajadores”. García asegura que la calidad del café caripero está influenciada por la altura y el clima de la zona, “mientras más alto esté, mayor es la calidad de la semilla, porque el proceso de maduración es más lento, el mucílago penetra mejor en el grano otorgando un mejor sabor”.

Híbrido “Buonaffina”.  A sus 83 años, Gustavo Buonaffina sigue amando el café y todas sus variedades, este ingeniero agrónomo quien en su juventud escogió Caripe como su casa, fue Jefe de la Campaña Cafetera en el Oriente del país durante la década de los 50. Su hogar lleva por nombre “Chapola”, en honor al primer brote que da el Oro verde luego de tres meses de la siembra de la semilla, el acercamiento de Buonaffina con los cafetos cariperos en 1958 le permitieron el descubrimiento de una nueva variedad que denominó Híbrido Caripe, conocido en la jerga local como Híbrido Buonaffinna. El ingeniero relata su experiencia: “Observé que en las fincas de café habían ejemplares más productivos y de mayor calidad que el resto, eran plantas más robustas. Luego de indagar descubrí que era un híbrido natural, de café nacional y brasilero”. Productividad caripera En cuanto a la productividad de las semillas, Buonaffina explica que el cafetero debe estar sembrado entre los 800 y 1.200 de altura, en climas montañosos que permitan el crecimiento adecuado de la planta. Para este conocedor “el mejor es el café lavado que por lo general llevan un 20% de café natural en su composición. El café de baja calidad posee granos verdes y maduros mezclados; cada marca de café tiene su técnica de elaboración del producto”.