Caripe,...
más cerca de tí.
Creada por Luis Carlos Buonaffina
Dirección
Venezuela
En cada caminata me sorprenden los azules del cielo, el cantar de las aves silvestres, las montañas siempre verdes, la gente amable, los cultivos rudimentarios, el misterio en la asignación de los cálidos e intensos colores de las flores y frutos. Es una experiencia fascinante que quisiera repetir cientos de veces, me renueva sentimientos de alegría y nostalgia.
Cada camino conduce a un destino con historia, este que les traigo nos introduce en el Restaurant la Cueva del Indio. Este establecimiento ubicado en el sector El Copey fue un punto de referencia para quienes querían disfrutar una gastronomía criolla, casera suculenta, un sitio hecho para la degustación, la contemplación y el relax.
El matrimonio de Calazán Malavé y María Madrid decidió en los carnavales de 1992 convertir en un Restaurant su acogedora y sencilla casa de corredores con vista para la montaña y el valle de Caripe. En sus inicios ofrecían parrillas, comida criolla casera, luego con el incremento rápido de su clientela no solo de lugareños, familiares, amigos y también de turistas que venían con las recomendaciones de quienes ya habían visitado el lugar.
Esto permitió el incremento del menú, ofrecieron hervidos de gallina, lagarto, pescado, el muy demandado asado negro, las deliciosas cachapas de maíz hechas por el mismo señor Calazan, lo certifico muy buenas, el rico dulce de lechoza, las tortas de coco, vainilla y canela... En la elaboración de la comida siempre participaron la pareja, apoyados por Adela (el ángel guardián de ambos), más que una hija, les regalo alegría y la bendición de aumentar la familia con sus tres hijos.
¿Por qué el nombre de la Cueva del Indio? Reseña la señora María que cuando su esposo era niño (por allá lejísimo) y sus padres lo llevaban a casa de sus tías abuelas (Mariita y Petrica) ellas cuando lo veían llegar decían "ahí viene el indiecito" cariñosamente, en remembranza a esa anécdota surgió el nombre.
Les confieso que el lugar además de haber tenido excelentes anfitriones en María y Calazan quienes tienen 63 años de casados, tuvo la elegancia en la presentación de los platos, una buena cocina casera, lo acogedor del paisaje, una estupenda panorámica del valle de Caripe, un agradable clima, una vegetación que aún enamora.
Y si tenías tiempo podías hacer un paseo al río Mahomo a través de la caminería que cuánta ilusión e inversión hicieron para agregar exclusividad. Allí la armonía de la naturaleza reina en cada árbol, en cada flor, en el sonido del agua. Una combinación increíble. Gastronomía y Naturaleza.
Además del servicio del restaurante ofrecieron festejar bodas, cumpleaños, fiestas de fin de año, campamentos. El restaurante cerró al público en el 2015 la situación país complicó las actividades propias del negocio.
En la actualidad están abiertos a la posibilidad de que alguno de los sobrinos del matrimonio decida hacer un nuevo emprendimiento, así como también de que quien quiera hacer alguna celebración allí les alquilan las instalaciones, aún mantienen todo el mobiliario. Un ejemplo de trabajo y constancia María y Calazan.
Hasta una próxima caminata.
Fotos de Sandra Giannantonio.