Reportajes

Mis travesías por el Municipio Caripe son una actividad que me permite mostrarles lo hermoso y valioso de nuestros recursos naturales, estamos ubicados en una de las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE) que se encuentran en todo el territorio nacional, está denominación se hace precisamente por la geomorfología del municipio, ésto conlleva a prestar mayor atención y cuidado a sus elementos geográficos.

Siempre que veo un paisaje hermoso pienso que he visto el lugar más bello del mundo, me palpita el corazón, es un encuentro amoroso y sutil con la madre naturaleza, debo confesarles que los recorridos por el pueblo me han sorprendido gratamente, una cosa es que yo les cuente lo que veo y otra es que ustedes lo puedan experimentar. Igualmente trato de describir lo que mis ojos admiran, contemplan y gozan.

El recorrido que les traigo es el primer campamento de Caminando con Sandra, aquí vamos a disfrutar todos los momentos hermosos de un día en la montaña. Con mucha emoción recibí la invitación de la amiga Gabriela Clemente para acampar cerca del sector La Tacarigua, no sé imaginan el brillo en mis ojos y la curiosidad por experimentar esa aventura.

Fué así como nos organizamos y partimos rumbo a nuestro destino, los rostros alegres de todo el grupo, tanto para quiénes era la primera vez y para los que siempre quieren volver se podían ver a través de las genuinas sonrisas que salían espontáneas entre saludos y amena conversación, de esta forma iniciamos nuestra caminata hacia la cima de una de las montañas que forman parte del lugar para armar el campamento.

El mismo se encuentra por la carretera que conduce al sector la Tacarigua pero que antes de llegar al caserío hay un desvío a mano derecha y un portón que resguarda el terreno, por allí entramos, luego de tener cada quien sus respectivos equipos y pertenencias continuamos nuestra travesía. Para llegar a la cima de la montaña hay que pasar una laguna donde se refleja el azúl del cielo y parece como un espejo.

Las cuestas no son tan empinadas, igualmente nos quedamos sin aire pero por las hermanas panorámicas de las cordilleras que rodean el lugar. Hay muchos caminos internos entre una montaña y otra, se ve con mucho esplendor la Represa de Clavellino, así como también en la noche según información de lugareños las luces de las ciudades del Estado Sucre, Muelle de Cariaco y Carupano, además se divisa la cascada de la Guacamaya, es una caída de agua metida entre enormes y frondosos árboles que exhiben diferentes tonalidades de verde.

Ésto no es todo ya alcanzada la noche fuimos sorprendidos por un espectáculo de luces, las montañas más bajas cercanas a la laguna de cubrieron de luciérnagas, además el cielo nos regaló un festival de lámparas, entre estrellas fugaces y el esplendor de las constelaciones que fuimos señalando con sus respectivos nombres.

Algunos con mayor dominio del tema mientras otros contemplamos, agradecimos y aprendimos. Otro elemento importante fué el concierto de las ranas y un poco más lejos pero con inclusión y afinación las macaureles, ese sonido nos asustó, pero no dejó que siguieramos disfrutando de los regalos de la noche, estuvimos reunidos alrededor de la fogata donde conversamos amenamente hasta que el sueño nos fue ubicando en nuestras respectivas carpas, allí todos fuimos arropados por el frío que nos mantuvo entre las cobijas hasta la mañana.

Todos despertamos alegres, renovados a pesar de algunas piedras que eran los resortes de los colchones de las carpas, un rico desayuno con café criollo, arepitas y el sol naciente , así nos despedimos del lugar hasta una nueva aventura. Agradecidos del creador por esta maravillosa e inolvidable experiencia. Un abrazo apretado de bendiciones. Los quiero.

Escrito y Fotos de Sandra Giannantonio.