Caripe,...
más cerca de tí.
Creada por Luis Carlos Buonaffina
Dirección
Venezuela
De repente un día normal se vuelve diferente cuando hacemos las cosas que nos dan alegría, por ejemplo conectarnos con la naturaleza, conocer personas que a pesar de sus adversidades económicas tienen una sonrisa para compartir, conociendo un poco de su cotidianidad. Caripe tiene el privilegio de exhibir un paisaje inolvidable, sus verdes y esponjosas montañas nos relajan el corazón. La agricultura es la principal actividad económica del Municipio, el café junto a las hortalizas, verduras y frutas son los rubros que más se cultivan, éstos suelos son fértiles y generosos, durante todo el año hay cosechas de diferentes cultivos.
Es importante destacar que Caripe necesita el trabajo disciplinado de la población económicamente activa para seguir construyendo las bases de la nueva generación de relevo, de ellos dependerá el bienestar general del pueblo. Cada actividad por sencilla que sea cuenta y es válida para aportar prosperidad a los núcleos familiares. Cada paseo por mí pueblo es un encuentro con la gente y los vínculos de amistad que se van tejiendo, es una red de afectos que se enlazan con la aventura de conocer y explorar.
Les voy contar de un paseo que hice al sector El Palmar de Periquito, aproveché una colita que me acerco al lugar. La principal actividad económica a la que se dedican los habitantes de El Palmar de Periquito es el cultivo de la tierra donde el café es el principal rubro en décadas pasadas lo fué el apio, los mejores en todo el Estado Monagas en la actualidad se produce pero muy poco.
Me puede percatar durante el recorrido que por las distancias que tienen que recorrer las personas tanto para ir a sus conucos ubicados en su mayoría en los cerros al igual que para ir a adquirir los víveres y demás requerimientos para su consumo, debo afirmar que tienen buena resistencia física, son personas de trabajo, entienden la dedicación a la tierra y sus beneficios.
La mayoría de las casas están construidas a la orilla de la carretera, hay varías haciendas de café y sembradíos de diferentes cultivos, las siembras se divisan en lo alto de las montañas, ellas son testigos y guardianas de su esfuerzo y producción. Sentí la curiosidad de saber porque el nombre y conversando con un lugareño me contó que otrora habían bandadas de periquitos por la zona y de allí la denominación, también me dijo que en la actualidad abunda una fauna silvestre, pero ya no hay tantos periquitos.
En los árboles cercanos a la carretera pudimos observar muchos pajaritos de diferentes colores que alegres y espontáneos danzan y cantan en busca de comida, es todo un espectáculo, se los cuento porque es difícil de atrapar ese momento en mi cámara, más bien caminamos cautelosos para disfrutar esa faena. El día estuvo soleado con un cielo azúl profundo, un paisaje nítido, desbordante de colores, ya empiezan las montañas a tener vetas de naranja por el colorido de los bucares, resalta a lo lejos, así de maravillosa es la naturaleza y parece que Caripe tuvo la bendición del creador por otorgarle tantas bellezas juntas.
Muchas personas en las afueras de sus casas otras en la iglesia evangélica, se escuchaban los cantos y alabanzas desde la vía principal. Además de la risa y amabilidad de sus pobladores, los pude observar en algunas actividades; unos trabajando en el proceso de maduración de cambures, otros esgranando maíz, algunos comercializando el café, coincidimos para mí sorpresa también con un grupo de jóvenes haciendo ciclismo de montaña, mucha alegría en sus rostros.
Gratamente les digo me encanta ver esas actividades, me dejan huellas de orgullo en el corazón, fue grato saludar a algunos de mis siempre queridos ex estudiantes, para todos ellos mi bendición.
De regreso pasando por La Placeta y había una amena partida de bolas criollas dónde fuimos invitados a jugar, les cuento que fué muy ameno lanzar varías bolas que estuvieron muy cerca del mingo, agradecidos de ésa oportunidad. Aquí les comparto algunas fotografías de un día que dejó de ser un domingo más y se convirtió en una hermosa experiencia. Un abrazo apretado de afectos. Los quiero. Hasta una próxima aventura.
Escrito y Fotos de Sandra Giannantonio.