Reportajes

Les voy a contar un poco de mis abuelos maternos bellavisteros: Cleotide García y Ramón Gamboa, ellos son un referente en la memoria de quiénes le conocieron tanto en el sector como en el pueblo por:

su solidaridad con los más necesitados, la generosidad de compartir lo que tenían, el amor y difusión del folklore, su constancia al trabajo, sus demostraciones de amistad y las buenas parandas que se organizaban para agasajar a algún ser querido.

Ésta tierra significa para mí familia, nuestras raíces, fué el hogar de mis abuelos donde vieron nacer y crecer a sus hijos por cierto un montón.

En la casa de los abuelos todo el que la visitaba era recibido con alegría y atenciones; si la visita era larga hasta unas décimas mí abuelo les hacía.

Mi abuela en algún momento administró una bodega, era dulce cómo la miel, en sus bolsillos siempre habían caramelos para regalar, lo que ella tenía era de todos.

Estos recuerdos me inundaron los ojos de felicidad y nostalgia recorriendo esos lugares de mi infancia y acordándome de tantas vivencias y personas muy queridas.

Una vez que estuvimos más cerca del poblado pudimos apreciar el paso de los años en algunas construcciones, Casas y personas que en otros tiempos fueron esplendor, prosperidad y juventud.

La escuela donde aprendieron las primeras letras la mayoría de los bellavisteros de la época de mi mamá es hoy una ruina que pronto va a desaparecer, el sol, la lluvia, el viento y la maleza han desgastado el barro y el bahareque que apenas se ven.

Bella Vista sigue siendo una tierra de vocación agrícola, cafetales, frutales, verduras, hortalizas y flores.

Un dato curioso otrora se hacían las ferias agrícolas en caripe y eran los bellavisteros siempre ganadores por la belleza y exuberancia de los frutos de sus cosechas.

Otra actividad que les comparto y seguro muchos participaron eran los festivales de papagallos una iniciativa del primo Saúl García un amante y defensor de la naturaleza.

Su misión por reforestar con árboles frutales el páramo para atraer y mantener la abundancia de aves, la frescura del clima fué una labor ejemplar. La historia local de Bella Vista es también la de mí familia y de muchas más que hicieron posible un destino de parandas  familiares, paseos inolvidables,  difusión del folklore a través de los galerones; esto último fué la pasión mi abuelo, de mi tío Tomás y su hijo de igual nombre, galeronistas conocidos en todo el oriente del país.

Hoy le muestro a través de fotografías una mirada de su actualidad.

Agradecida de las sonrisas, atenciones y compañía que nos brindaron en esta caminata que fué un encuentro familiar.

Nos vemos en una próxima aventura. Los quiero.

Escrito y Fotos de Sandra Giannantonio.