La Cartelera

Para ello, acondiciona una cámara de flujo laminado para esterilizar el espacio que va a contener el caldo de cultivo que permitirá el crecimiento de la flor.Justamente señala como aspectos claves para el desarrollo, el mantenimiento de un buen laboratorio, los medios de cultivo y la semilla.

“Desde que cruzas, haces la polinización de la semilla o el hibrido según la especie como catleya que son las más comunes y hermosas, pueden transcurrir siete años para ver los resultados del trabajo”, dijo. También se dedica a la siembra de bandas phalaenopsis e híbridos de catleya que son frecuentemente cultivadas. Reconoce que cualquier persona puede cultivarlas en laboratorios o medios caseros porque hay muchas formas artesanales o a pequeña escala de lograrlo, como por ejemplo, en una cajita de vidrio, siempre estéril y con nutrientes específicos.

En ese sentido, detalló que el “caldo de cultivo” está compuesto esencialmente por el agar, así como vitaminas, minerales que necesita la planta para desarrollarse con un PH regulado según la especie.
“Porque son los nutrientes que le aporta la naturaleza para su crecimiento, ya que las semillas no tienen cutículas sino que se alimentan mientras buscan en el medio ambiente, la forma de asociarse con un hongo para desarrollar las raíces y mantenerse ellas solas de modo que el caldo de cultivo lo hacemos para sustituir el hongo, los interesados deben buscar la manera de investigar y dar con el hongo natural que puede hacerse en casa”, explicó.

También recomendó aspectos de mantenimiento como desmalezar el espacio y aplicar abono cuando las orquídeas están en cautiverio porque cuando están en la copa de árbol aunque no son parásitos, obtienen nutrientes del medio ambiente, por eso son de lento crecimiento de acuerdo a las condiciones en que se desarrollen. Recordó que la condición hermafrodita de esta especie permite su reproducción.

“En la misma flor tienen los dos sexos, son polinizadas por insectos porque emite un olor que los atrae de modo que haya variedad genética. Cuando una abeja deja la polinia en el ovario, la flor empieza a morirse al mismo momento y en la columna empieza a formar el fruto que pasado el tiempo, podrá nacer”. Sin embargo, de tres a cuatro millones de semillas que produce la flor en la naturaleza, sólo una o dos caen en el medio adecuado para germinar si no son afectadas por la acción de otros insectos e incluso, los rayos del sol.

Rodríguez tiene más de 20 años dedicado al cultivo de orquídeas, sin embargo, desde hace un año práctica con anthurium andreanum y comparte su tiempo con la cría de ganado en la zona. Le da todos los créditos de su iniciación a su mamá Elsa Rodríguez quien también cultivaba orquídeas y confiesa su admiración a Enrique Graf, “un alemán que se convirtió en el zar de las orquídeas en Venezuela”.

cortesia noticiero digital cumana 
www.spobmeescumana.blogspot.com

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